jueves, 16 de abril de 2009

Artesanos del bordado en la era digital


Más de cien artistas de diferentes países exhiben en Buenos Aires  lo que parece una desmesura: obras textiles minuciosas en tiempos de sofisticadas tecnologías. 
Una trama con nudo central en el Palais de Glace y conexiones con decenas de museos y galerías.
Podría decirse que es en algunos de los trabajos que integran la curaduría de Florencia Battiti que el concepto de textil es tomado con mayor libertad e irreverencia. Tal el caso del exquisito trabajo "El vértigo de lo lento", de Mónica Millán, que combina dibujo, un amoroso arreglo de prendas bordadas sobre una mesa y una secuencia de imágenes en video para aludir al poder de la trama que enlaza vida, trabajo y naturaleza en Yataity del Guayrá, un pueblo a 200 km de Asunción del Paraguay. 
Hay también desprejuicio en la instalación "La belleza es de los artistas cuando la felicidad es compartida", idea de Marina de Caro, ejecutada con Mariela Scafatti y otros colaboradores, como un "tejido de afecto" para abrazar a la galería Belleza y Felicidad en su cierre el año pasado, otra implicancia de sentido de lo textil, traída a colación en esta oportunidad. La selección incluye también varios artistas internacionales, entre ellos, la brasileña Nazareth Pacheco y la escocesa residente en Sudáfrica Fiona Kirwood, quienes usan en sus tramas hojas de afeitar y preservativos. Está también Martín Churba, impulsor del emprendimiento Tramando, y Feliciano Centurión, el fallecido artista paraguayo que en los 90 fue pionero del bordado en el arte. 
Fuente: Clarín
Foto: Pieza: “Ceronueve-cincuentaytres“. Autoras: Myriam Jawerbaum y Valeria Budasof.

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